Sobre el infinito universo y los mundos

Giordano Bruno (1548 – 1600)

Resumen:
En un complejo lenguaje filosófico, usando la dialéctica, Giordano Bruno refuta las enseñanzas tradicionales de los escolásticos en torno al conocimiento del universo que se tenía en el siglo XVI.

Bruno nos propone un universo infinito poblado por innumerables mundos que reflejan la perfección divina cuya potencia creadora no se puede acotar a la mezquindad de crear una sola Tierra.

Aclarando la diferencia entre mundo y universo afirma que la tierra no es el centro de este último y al negar el postulado de la octava esfera, donde según Aristóteles radicaban las estrellas fijas, se abre a la idea de incontables estrellas a diversas distancias de la Tierra.

Bruno llega a postular que estas infinitas estrellas poseen mundos que podían encontrarse habitados y, si bien en varias explicaciones aparece marcadamente su apego a las teorías animistas que explican los movimientos de los planetas como causados por un alma motora propia, debemos reconocer que los principales postulados son ciertos y muy adelantados a su época.

La obra esta estructurada en forma de dialogo entre varios personajes, como era habitual en su tiempo, los que discuten las ideas del autor,

Elpino: un curioso alumno

Filoteo (el que ama a Dios): filósofo que trasmite las ideas de Bruno

Fracastorio: quien representa al homónimo astrónomo y médico veronés coetáneo a Copérnico

Burquio: quien personifica a los rígidos doctores universitarios con doctrinas tradicionales incapaz de salir de su corsé académico.

En el transcurso de la misma Filoteo explicará a Elpino las nuevas ideas, donde mediará Fracastorio entre el primero y Burquio quien saldrá siempre mal parado al sostener las doctrinas escolásticas.

Antes de comenzar el autor hace un breve resumen de los argumentos que se tocarán en cada diálogo, aunque a fuerza de ser sincero no aportan mucho y confunden más.

El método del discurso abunda en reiteraciones, comparaciones y metáforas muy usuales en la época pero que producen al lector contemporáneo el deseo de dejar el texto de lado por lo pesado y poco llevadero que se torna.

Un punto interesante a resaltar es que durante toda la obra se deja ver claramente el estilo ácido de Bruno quien no duda en llamar ignorantes y pedantes a los que sostienen doctrinas contrarias a la suya. Ciertamente esta ridiculización de sus oponentes, aunque parezca en un inicio cómico, debe recordarnos como el hecho de granjearse enemigos le valió a Giordano el ser expulsado casi sistemáticamente de diferentes instituciones tanto católicas como protestantes.

Lamentablemente el texto carece de una introducción general o al menos una simple biografía de Giordano Bruno que seria muy útil para poner en contexto el libro con las ideas de su tiempo. Tampoco se menciona la fuente primaria, solamente al traductor Angel J. Cappelletti quien sin abundar en anacronismos parece haber traducido textualmente el contenido original, esto si bien por un lado no lo deforma no hace nada para que sea algo más llevadero.

Un alivio es contar con algunas notas al pie de página que aclaran diversos pasajes, aunque no se especifica quien es el autor de las mismas.

La edición esta impresa blanco y negro sobre papel obra y cuenta con tapas blandas.

En resumen si se tiene el suficiente coraje para adaptarse a la redacción de la obra esta nos dará de primera mano una acabada idea de como eran las confrontaciones entorno a los sistemas celestes a fines del siglo XVI. Si bien los procedimientos deductivos de Giordano Bruno son mas filosóficos que físicos, no podemos dudar que fue un visionario de un cosmos mucho mayor al que se atrevían a imaginar los más osados científicos de su época. Adelantado para el tiempo en que le tocó vivir no claudicó en defender sus teorías hasta el extremo de su propia muerte.

Autor:
Giordano Bruno nació en Nola, Nápoles en 1548, fue ordenado sacerdote dominico en 1572, doctorándose en teología en 1575. De múltiples intereses fue religioso, filósofo, profesor y poeta. Enseño en numerosas universidades de Europa escapando siempre de la condena de herejía que pesaba sobre el desde 1576 debido a sus posturas filosóficas contrapuestas con la autoridad eclesiástica de su tiempo.

En su estancia en Ginebra se paso al protestantismo pero por disidencias con el propio Calvino fue apresado y obligado a retractarse abandono la ciudad. En 1581 enseño en la universidad de Paris y en 1583 en Oxford donde divulgo la cosmología copernicana pero por discusiones con otros profesores se dirigió a Paris en 1585 de allí a Marburgo donde en debate publico se enfrento a los aristotélicos en el College de Cambrai resulta de lo que fue insultado, atacado físicamente y obligado a abandonar el país.

Los años siguientes estuvo en diversos países protestantes, para finalmente volver a Italia y enseñar en Venecia donde se sentía seguro dado la relativa independencia de la Republica Serenísima respecto del papado. Sin embargo esto no impidió que fuera traicionado y apresado allí por la inquisición quien lo remitió su prisión de Roma en Castel Sant Angelo en el cual permanecería ocho años encerrado. Pese a los ruegos de amigos y las sugerencias aun de los inquisidores se negó a abjurar de sus doctrinas, por lo que acusado de blasfemo, de conducta inmoral y de hereje fue quemado públicamente en Campo dei Fiori el 18 de enero 1600.

Allí hoy se levanta una estatua que lo recuerda como ideal de la libertad de pensamiento APRA las generaciones venideras.

Con una filosofía que combinaba el místico neoplatonismo y el panteísmo postulaba que el universo es infinito, que Dios es el alma del universo y que las cosas materiales no son más que manifestaciones de un único principio infinito.

Escribió mas de treinta obras, comprendiendo la teología, la astronomía, la poesía, y la memoria, algunas de ellas se consideran hoy perdidas o se duda se su real autoría, se destacan entre ellas: La Cena de las Cenizas, Sobre el infinito Universo y los Mundos, Sobre la causa, el principio y el uno.